No conocía a James Rhodes antes de leer este libro, como tampoco conocía a algunos de los compositores o concertistas de piano de los que escribe con auténtica pasión en las páginas de su biografía.
Instrumental
Siempre he huido de esas biografías de personajes conocidos que con apenas 20/30/40 años cuentan su vida y milagros. ¿Qué vida? ¿Cuando tengan 70, van a escribir la segunda parte de sus memorias? Pero el caso de James es distinto. Él es una persona que ha vivido muy deprisa, sufrido demasiado y aún así, se mantiene en parte gracias a su pasión por la música.
Te pongo en antecedentes; imagina una persona que sufre continuos abusos sexuales con apenas 8 años, luego de mayor se da a una espiral de drogas, prostitución homosexual, alcohol, autolesiones, varios ingresos en centros psiquiátricos…
Sin embargo, la música clásica lo salvó y ha conseguido su sueño, ser concertista de piano. Y eso que estuvo 10 años sin tocar.
El libro se lee y se siente. Es demoledora la forma de contar su experiencia, siempre directa y sin esconder o tratar de suavizar los hechos.
En la parte musical, cada episodio comienza con una pieza para piano y cuenta un poco acerca de su autor. Grandes compositores como Rachmaninov, Chopin o Beethoven son recomendados con pasión de quién se nota que disfruta verdaderamente con su música.
En el último tramo del libro decae un poco la parte dedicada a la música y se convierte un poco más en un libro de autoayuda que en una biografía al uso, pero se le disculpa por el mérito de sus palabras anteriores que son suficientes para devorar el libro con cierta congoja.
Un consejo, al principio del libro James facilita una lista de Spotify con música para escuchar. No te la pierdas.