Resulta que vivo muy cerca del Restaurante China Te, pero nunca me había percatado de el hasta el otro día que pasando por delante decidimos probar suerte para cenar.
La decoración, como no podía ser de otra manera, muy oriental, con las mesas muy bien preparadas, incluidos los palillos, y todo muy limpio.
El resultado muy satisfactorio, más de lo que me esperaba, la verdad. En principio quería probar el pato laqueado, ya que es un plato que, aunque nunca he comido, me apetecía mucho, pero al ser cena creí conveniente comer algo más ligero. Lo dejo pendiente.
Pedimos de primero, media ración de surtidos variados de entrantes, consistentes en: un rollito primavera, empanadillas, albóndiga de verduras, rollito de langostino vietnamita. Me quedo sin duda con la albóndiga de verdura; crujiente por fuera y sabrosa, muy sabrosa por dentro. El resto estaba rico, pero es que la albóndiga me conquistó.
Luego, como plato principal, unas delicias de pollo crujientes con salsa agripicante y un arroz cantonés.
El arroz, tipo basmati, estaba muy suelto y muy sabroso también. Así como el pollo, crujiente de verdad y en su punto.
De postre, nos decidimos, más que nada por el nombre, por probar el Macintosh. Una bolsita de pasta brie rellena de manzana y queso un poco agrio. Todo ello bañado por una salsa ligera de miel. Muy muy rico, para repetir.
Sabiendo la atención prestada, la amabilidad tanto de los camareros como del Maître y que me queda pendiente degustar el pato laqueado, no voy a dudar en volver.
Quiero añadir que había algunos productos típicos de japón, pero prefiero no arriesgar y comer ese tipo de comida en un japonés de verdad.