Durante una misión a Marte, el astronauta Mark Watney es dado por muerto y abandonado por sus compañeros de misión. Convertido en un Robinson Crusoe del siglo XXI, este astronauta debe ingeniárselas para sobrevivir.
Está pero que muy bien
Voy a ser muy claro, la película me ha gustado y mucho. Cierto que es que Ridley Scott es un maestro en películas de ciencia ficción; Alien, Blade Runner, Prometheus… y sin olvidar que está preparando una nueva entrega de Alien.
Y que Matt Damon está muy convincente en el papel de un botánico que se las ingenia para tratar de aguantar el mayor tiempo posible.
Quizá se echa un poco en falta cierta verosimilitud en cuanto a la angustia que supone estar en un planeta, tú solo a millones de kilómetros y varios meses de viaje. Sí, hay momentos en que te pones en su pellejo pero creo que este punto se podría haber mejorado en la película.
Pero lo suprime por lo entretenido de la historia y el modo de resolver los distintos problemas que le van ocurriendo al personaje.
Recuerda que sigue siendo una película de ciencia ficción y todo lo que se ve en pantalla está pensado para el entretenimiento. No vayas a salir del cine, como todo un cuñado experto en Marte porque no tienes ni pajolera idea. De todas formas, para tu tranquilidad, decir que la película está basada en la primera novela de Andy Weir, ingeniero informático, que la publicó en 2011 y que ha elogiado su exactitud científica. Para satisfacer tu curiosidad, he leído los aciertos y errores que se producen en la película, científicamente hablando, claro, y muy bien explicados por el autor del artículo.
La cosa es que, como blockbuster funciona a la perfección y permite pasar dos horas y media muy entretenido.
Lo que sigo sin entender como una película, cuya novela y versión original, se titula The Martian (El marciano) la hayan “traducido” como Marte.