El flamenquín de su carta fue lo que me animó a ir a este pequeño restaurante La croquetta. Y es que como hijo de cordobés no podía dejar de pasar esta oportunidad de disfrutar de uno de los platos más sencillos y a la vez más sabrosos que recuerdo de mi infancia.
Llegamos al La croquetta (en verdad es pequeño) y me llamó la atención la decoración algo vintage pero minimalista al mismo tiempo. Vi mesas de madera con apariencia envejecida y sillas metálicas y otras de las que podías encontrar en el cole en los años 70. Tenían todo reservado pero nos atendieron amablemente en la pequeña barra que hay al fondo.
Pedimos la especialidad de croqueta solidaria que son dos de jamón y dos de rabo de toro al vino tinto y por supuesto, mi flamenquín. Tanto mi pareja como yo quedamos maravillados de la textura y la excelente bechamel de la croqueta de rabo de toro. La de jamón también está muy rica, pero la otra nos fascino.
El flamenquín era como yo lo recordaba, un simple trozo de lomo macerado en limón (incluso se puede macerar en vino blanco) con un buen jamón serrano. Se enrolla, se pasa por huevo y pan rallado y se fríe en abundante aceite de oliva. ¿Fácil verdad? Pues no tanto porque no lo había probado tan rico en un restaurante en tiempos. Tan solo mi querida amiga Ana los hace espectaculares.
De postre pedimos una croqueta de chocolate con naranja que como todo estaba excelente.
El trato de los camareros fue más que bueno. El precio: 10€ por persona incluidas bebidas.
Restaurante: La Croquetta. Calle Fuente del berro 33, Madrid.
La Gastrocroquetería de Chema – Alberto Araque blog
26 de marzo de 2016 at 11:21
[…] tuvimos una experiencia anterior en otro local de croquetas, por lo que el pabellón estaba bien alto. La Gastrocroquetería de Chema no se queda atrás en […]