Hasta hace menos de un año nunca había tenido perro. No me sentía preparado para mantener un compromiso tan exigente como el de cuidar de un perro.

Tenía (y tengo) un gato, animal más independiente del que no es necesario sacar de casa a pasear y hacer “sus cositas” ya que para el, mi piso es todo su mundo y no necesita más.

Pero hace casi un año, Banner entró en mi vida. Ya conoces la historia. Debo decir que estoy encantado con el. Es todo un descubrimiento el cariño incondicional que te puede ofrecer un animal sin pedir nada a cambio.

En este año lo hemos tenido que llevar al veterinario unas cuantas veces; veterinario que no nos pilla precisamente cerca de casa y ante la falta de un vehículo propio, teníamos que acudir al servicio de taxis de Madrid, no sin antes advertir que viajábamos con el.

Me preguntaba ¿Cómo era posible que una ciudad como Madrid no permitiese que los perros viajasen en Metro?
Afortunadamente desde ayer, podemos subir al metro con nuestro can, cumpliendo una serie de requisitos como son:

  • El perro debe ir con bozal y una correa no mayor de 50cm.
  • Debe subir al último vagón de cada convoy.
  • No pueden usar las escaleras mecánicas pero sí los ascensores.
  • Excepto julio y agosto, no podrán viajar en horas punta (7.30-9.30 horas, las 14.00-16.00 horas y de las 18.00 a las 20.00 horas) de lunes a viernes.
  • El nº de perros está limitado a 1 por viajero.
  • Todos las mascotas que estén identificadas por microchip (y aconsejo llevar la cartilla veterinaria).

Desde que se dio a conocer la noticia, no he podido dejar de leer quejas de muchas personas acerca de esta medida y la mayoría de ellas, como siempre nos pasa a los españoles, están fundamentadas en el desconocimiento de las normas.

La retahíla de quejas van desde las alergias a los animales, pasando por la higiene, el miedo, la comparación con el mundo exterior, etcétera y a muchos no les falta razón en manifestar su reticencia, pero voy a tratar de desmontar los argumentos de una forma simple, informando.

Alergias y miedos: Simple, no viajes en el último vagón del metro en las horas permitidas a los perros. Los perros guía siempre han podido viajar y no he escuchado queja alguna. ¿Si te dan miedo los perros te dan miedo todos los perros o ahora eres un clasista?

La higiene: Este es un tema peliagudo y, aunque somos muy alarmistas ante circunstancias que aún no se han dado (he leído quejas de pises y cacas de los perros en el metro cuando aún no podían viajar) tengo que dar la razón a los que se quejan de este punto. Yo mismo me avergüenzo cuando saco a pasear a Banner y Elsa y tengo que esquivar la mierda que dejan otros perros y sus dueños no recogen, pero esto se podría evitar con duras sanciones a los dueños. Si un perro lo sacas un poco antes de entrar en la estación, estoy seguro de que no debería pasar nada y digo debería porque uno no puede estar al 100% seguro de esto nunca, pero para eso llevas tu bolsita, para recoger las deposiciones.

No pagan billete: Pues mira, ahí quizás tengas razón y particularmente no me importaría que hubiese que pagar un billete.

He viajado en metro desde que tengo uso de razón y los propios humanos somos más guarros e incívicos que los animales. He soportado empujones, malos olores corporales, vomitonas (incluso en directo), meadas (incluso en directo), borrachos, gente que lleva su móvil a todo volumen como si no existiese una cosa que se llama cascos que sirve precisamente para eso, para no molestar; despedidas de solter@ e incluso agresiones. Es decir, maleducados y gilipollas somos nosotros mismos más que los propios animales.

En Barcelona (sin mencionar otras grandes capitales europeas) llevan permitiendo que los perros viajen en metro desde 2014 sin que haya pasado nada reseñable. Pero claro, en Madrid tenemos que se más papistas que el Papa.

Toda esta polémica me recuerda a cuando prohibieron fumar en lugares públicos ¿Te acuerdas? Iban a cerrar miles de bares, la gente no iba a ir al bar, etc etc y ahora resulta que hasta los propios fumadores agradecen la norma.

Antes de hablar, reflexiona, espera acontecimientos, sé prudente, infórmate y luego si eso, te quejas.

Por cierto, hay sanciones previstas y el Metro tiene miles de cámaras de vigilancia por si crees que nadie está mirando.

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Comments

  • Araceli

    14 de julio de 2016 at 20:35

    Muy bueno tu artículo. Estoy totalmente de acuerdo. El problema surge del ser humano, que algun@s ni \”seres ni humanos\” simplemente intorelantes e ignorantes.

    Reply

  • Fiebre

    8 de septiembre de 2016 at 00:21

    Mi padre tiene dos perros, un setter y un labrador, los dos los utiliza para cazar. Uno se llama Vladimir Ilich Ulianov (Lenin para los amigos) y el otro se llama 毛澤東 que al castellano tradicional es Mao Tse-Tung. El último es el que mejor caza, sobretodo perdices ,da gusto ver como cuando mi padre dispara luego este perro la trae en la boca gracilmente. Un dia Alberto os invito a comer y podeis hacer un buen post sobre la perdiz al cocochoco + vino (el vino en el vaso claro)

    Yo que soy un ferviente animalista estoy en contra de meter a un perro a un metro o un tranvia y menos ponerles una correa,bozal,etc… esa es la primera regla que deberíamos de saltarnos. Si dedicas tiempo entrenando a tu perro puedes conseguir que no se aleje a mas de 40 cm de ti mismo, a no ser que haya cerca una perra en celo… bueno eso nos pasa a todos.

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    • araque

      8 de septiembre de 2016 at 07:21

      ¿Siendo un ferviente animalista no te molesta que tu padre utilice a los perros para cazar perdices? Eso es como los que dicen que son vegetarianos pero no perdonan el jamón serrano! XD

      El que vayan en el metro no me parece mal, no los he visto sufrir mucho y que lleven bozal yo si lo veo bien, porque no es por ellos, es por el resto de pasajeros, para que estén más tranquilos. Yo los he llevado hasta el centro, unos 20 minutos de viaje, y siempre van tranquilos.

      Gracias por la invitación!

      Reply

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