Abe Lucas es un profesor de filosofía con una crisis existencial que llega a la universidad de una pequeña ciudad a dar clases. Al poco de llegar a la universidad, se relaciona con dos mujeres: Rita Richards, una solitaria profesora que busca que la rescate de su infeliz matrimonio; y Jill Pollard, su mejor estudiante y muy pronto su amiga más cercana.
Mucha chicha y poca limonada
Hace tiempo que lo vengo diciendo, las películas de Woody Allen no son lo mismo sin el propio Woody Allen, salvo alguna excepción como Balas sobre Broadway, Días de Radio, Si la cosa funciona, o la, para algunos sobrevalorada Match Point. La explicación es tan sencilla como que los actores y actrices que Allen elige para transmitir su personalidad no están a la altura. Sus discursos suenan vacíos, carentes de todo sentido e incluso me atrevería a afirmar que sus personajes, sobre todo en esta película suenan pedantes, falsos e impostores. En Irrational man se superan pero en malo.

Lo hablé con Lisice al salir del cine y ella me confirmó que si no llega a ser que era una película de Woody Allen se había salido del cine a la mitad de la proyección. Y es que si bien, el argumento de la película puede resultar atractivo (conseguir el crimen perfecto), el desarrollo del mismo es aburrido, tedioso y todos los adjetivos similares que se te puedan ocurrir. Además, Allen ya ahondó mucho mejor en el tema hace 10 años en Match Point.
Uno de los grandes problemas de que esta película pase pronto al olvido, es la escasa química entre Joaquim Phoenix y Emma Stone; el uno no te lo crees como profesor de filosofía atormentado y a la otra, mucho menos como alumna aplicada enamorada del ideal del profesor frágil e intelectual brillante.
Espero y deseo que Woody Allen entre en razón y piense muy bien el volver a actuar, lo echo de menos. No pude por menos que recordar la magnifica Misterioso Asesinato en Manhattan, obra maestra llena de frases inolvidables y con un equilibrio perfecto entre la intriga y la comedia.
Lo mejor de esta película es que, a buen seguro, su próximo trabajo nos hará olvidar este mal trago. Espero.