¿Recuerdas la película Tomates verdes fritos? La historia de una cuarentona con problemas de sobrepeso que conoce a una simpática viejecita, y esta le cuenta una dramática historia ocurrida en un pueblo de Alabama.

Pues precisamente por esta película y por la receta de los tomates quise acudir a Gumbo, restaurante de comida típica de Nueva Orleans (y por ende, sureña de los Estados Unidos) que lleva un tiempo afincado en la animosa calle del Pez, en pleno barrio de Malasaña.

Llegamos un poco antes de la hora y ya vimos la aceptación que tiene este pequeño local, estaba prácticamente lleno.
Nos sentamos en una mesa para dos, cerca de una ventana. Las mesas no son demasiado grandes, pero sí suficiente. La mantelería eso sí, es de papel.

Me gusta la decoración en tonos azules del restaurante, con grandes lámparas colgadas en cada mesa y la foto mural en una de las paredes.

El problema que veo es que estás demasiado pegado a la mesa de al lado y, con la fama merecida de gritones (yo incluido) que tenemos los españoles, es normal adentrarte en conversaciones ajenas. Por este lado, intimidad cero.

Quitando este inconveniente, y ojeada la carta, nos decidimos por un plato de, precisamente, tomates verdes fritos para compartir. Unas alitas de pollo al bourbon con sésamo para mi y unos langostinos french quarter al ajillo con pimienta negra para Lisice.

Para beber, una cerveza Samuel Adams Lager, genuina americana.

Los tomates estaban ricos, pero no note nada excepcional en ellos. No los puedo comparar con otros porque era la primera vez que los probaba.
Las alitas me gustaron mucho; la mezcla del bourbon con miel y el sésamo a mi me encantó y, aunque no soy muy de comer con las manos, debo reconocer que estaba para chuparse los dedos literalmente.

Probé un langostino y un poco del arroz que lo acompañaba. Lisice dice que estaba delicioso y yo me fío de su criterio, pero para mi el arroz estaba algo duro y, como con los tomates, no noté nada excepcional en el plato.

De postre nos pedimos la típica tarta de manzana, con salsa de canela y la cobertura de masa inglesa que tantas veces habrás visto en el cine. Coronada con una bola de helado de vainilla. A mi me gustó mucho, pero en cuestión de tartas de manzana, la Apfelstrudel austriaca sigue siendo mi favorita.

Mi conclusión es: no está mal el sitio y se entiende que esté hasta los topes, pero no lo puedo incluir entre mis favoritos.

[box type=”info” ]El restaurante Gumbo está en la calle del Pez nº15 de Madrid.

Precio entre 25 y 30 € por persona.[/box]

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