Me enteré por casualidad de que ya se había estrenado la película The Imitation Game, basada en la novela Alan Turing: The Enigma.

Aprovechando que estaba cerca de los cines Princesa me acerqué a verla. Siempre me ha atraído la historia, tanto en lectura como en el cine o documentales y tratándose de un personaje como Alan Turing, conocido matemático inglés, al que los informáticos debemos prácticamente el concepto de Ciencia de la Computación, precursora de la informática moderna, no podía dejar pasar la oportunidad.

Lo primero que me vino a la mente nada más ver los primeros minutos de película fue: este tipo se parece mucho a Sheldon Cooper. Si eres seguidor de la serie y ves la película entenderás lo que digo.

La historia es sencilla; en plena Segunda Guerra Mundial, los ingleses tratan de descifrar los códigos secretos que envían los alemanes, que utilizan la máquina Enigma para codificar estos mensajes. Para ello montan un equipo de matemáticos y expertos en criptografía al que se incorpora Alan Turing.

Con esta sencilla premisa, nos relatan no solo los hechos acaecidos en plena guerra, sino que profundizan en la biografía de Turing.

Me gusta mucho la interpretación de Benedict Cumberbatch; sobrio, elegante y con unos matices que da al personaje que atrapa al espectador.

El director hace una buena gestión de los flashbacks y flashforwards, algo complicado si se usa mal, ya que puede llegar a liar al espectador. Pero aquí son necesarios, porque aparte de ser un thiller, es a su vez un biopic.

El resto del reparto está magnífico, destacando Keira Knightley, Matthew Goode, Charles Dance y Mark Strong.

Sinceramente, esto es comenzar bien el 2015 cinematrográficamente hablando, y es que al precio que están las entradas en el cine, hay que escoger con mucho cuidado cada película.